Dos notas, una de septiembre de 1922 (El Deber, Nº 35 ) y otra de agosto de 1.924 (El Deber, Nº 73) dan buena cuenta de los calores del verano en El Pinar:
“Los intensos calores que del 27 del pasado hasta la fecha, se han dejado sentir en este pueblo, han sido excesivos. Los vientos secos que se han presentado han causado varios desperfectos en los árboles y plantas; pero la estación veraniega a pesar de todo esto y de la gran escasez de agua se presenta agradable.” (5 de Septiembre de 1922)
Peor fue en 1924. El día 11 los vecinos salieron presurosos a apagar un conato de incendio que se produjo en el pajar de Catalina Padrón Peraza. Gracias a su intervención se evitaron males mayores: “Durante la primera quincena de julio los calores han sido excesivos. En los días 11 y 12 el termómetro marcaba 40 grados al sol, 35 a la sombra y 30 por la noche. El día 15 llegó a 49 grados y décimas al sol y 31 a la sombra. (15 de Agosto de 1.924).
Autor: Gelacio Armas. Archivo Baudilio Navarro
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